jueves, 8 de noviembre de 2012

La timidez en los niños



 En esta entrada encontrareis:
- Consejos que facilitarán que puedas ayudar a tu hijo a superar su timidez
- Tecnicas para superar la timidez: Trucos para conversaciones
 - Evaluación de la timidez infantil
- Consejos para ayudar a un niño tímido 
 - Haz que tu hijo sea más sociable
  Lo primero que debemos plantearnos, antes de seguir adelante con la lectura de estos artículos, es que normalmente la timidez no es preocupante, a menos que sea parte de un grupo de temores que causan ansiedad emocional reiterada o problemas sociales para el niño





A continuación expondremos una serie de consejos que facilitarán que puedas ayudar a tu hijo a superar su timidez:
  • Estudia la timidez de tu hijo: No es lo mismo que sólo sea tímido con adultos o sólo con niños, que le pase con gente de distinto sexo, que sólo se dé en el colegio… Aprendiendo cuándo se manifiesta y por qué podrás elegir mejor las técnicas que pueden ayudarle.
  • Sé un modelo de buenas habilidades sociales: Sé amable con la gente, salúdala, sonríe, ofrece tu ayuda… Si el niño ve que actúas de manera sociable y que, no solamente no recibes rechazo, si no que, además, tienes recompensa, te imitará.
  • Enséñale habilidades sociales: Explícale las técnicas básicas (cómo saludar, cómo iniciar una conversación, cómo pedir algo…). Podéis practicarlo con juegos tanto en casa como en la calle. Sería conveniente que prepararas situaciones en las que tu hijo vaya a estar con otros niños para que pueda poner en práctica lo que va aprendiendo.
  • Enséñale a resolver problemas: Enséñale a practicar el brainstorming (lluvia de ideas), a evaluar esas ideas y probarlas. Debes enseñarle que no siempre se encuentra la solución correcta a la primera y que los fallos son parte del proceso de aprendizaje.
  • Ayuda a tu hijo a encontrar actividades que le satisfagan y en las que pueda sacar provecho a sus cualidades. Los niños tímidos tienen tanto miedo a cometer errores que nunca prueban cosas nuevas y ahogan su creatividad. Las actividades como la música, la pintura o el teatro podrán ayudarle.
  • Ayúdale a interpretar y controlar sus emociones: Explícale que no debe avergonzarse por sus emociones y ayúdale a aprender de ellas.
  • Sé un modelo de respeto por los demás: Si el niño ve que criticas a los demás continuamente, pensará que esa es la manera habitual de comportarse y empezará a temer que los demás le juzguen y le critiquen.
  • No compares a tu hijo con los demás ni le etiquetes como tímido.
  • Motiva a tu hijo y apóyale pero no le fuerces si no esta preparado para alguna situación. La timidez puede vencerse pero es necesario ser constante y paciente e ir avanzando paso a paso, adaptándose siempre al ritmo de progreso del niño.
Técnicas para superar la timidez: Trucos para conversaciones
Una de las situaciones que más ansiedad produce a las personas tímidas es el hecho de iniciar una conversación con una persona con la que no tengan mucha confianza. Se preguntan qué decir, qué estará opinando la otra persona, se bloquean… Sin embargo, existen una serie de trucos que pueden utilizarse para romper el hielo y hacer que esos primeros minutos de conversación dejen de provocar tanta ansiedad:
  • Haz preguntas abiertas: No hagas preguntas que puedan contestarse con un sí o un no. Las preguntas pueden empezar por formulas parecidas a “¿Qué opinas sobre…?” o “¿Qué sabes acerca de…?”. A la gente le gusta dar su opinión y así conseguirás que la persona se centre en hablar en lugar de fijarse en tu ansiedad, lo que te permitirá relajarte.
  • Ríete libremente: No debe darte vergüenza reírte si una situación o comentario te resultan divertidos. A la gente le gustan las personas abiertas y espontáneas y la risa ayuda a liberar tensión.
  • Focaliza la atención en la otra persona: Usa más el “tú” y menos el “yo”, así harás que la otra persona se convierta en el centro de la conversación. Mantente atento a lo que la otra persona hace y dice, en lugar de estar centrado en cómo te sientes. Escuchar con atención te dará herramientas para continuar la conversación y, además, al no estar centrado en ti mismo, tu ansiedad se reducirá.
  • Focaliza la atención en el momento: Céntrate en la situación que estás viviendo, en el momento presente. No te distraigas pensando en fracasos anteriores o en qué pasará en el futuro. Mantén tus sentidos en lo que estás haciendo sin preocuparte de nada más.
  • Acepta los cumplidos: No te avergüences cuando alguien te diga algo bueno ni intentes negarlo, disculparte o restarle importancia. No tienes que sentirte incómodo porque alguien diga algo positivo de ti. Es más sencillo agradecerlo sin más y guardar ese cumplido en tu recuerdo para que te sirva de fuente de autoestima en el futuro.
  • Haz cumplidos a los demás: A las personas les gusta que los demás les digan cosas positivas, hace que se abran y sean más receptivas. Un simple comentario bastará, siempre que sea realista y adecuado a la persona que lo recibe.
  • Rodéate de gente positiva: Estar con gente que critica y que sólo ve lo negativo no mejorará tu autoestima ni te ayudará a superar la timidez. Busca gente positiva que pueda ayudarte a mejorar y te haga sentir bien.
  • Comunicación no verbal: Recuerda mantener el contacto visual. A nadie le gusta hablar con una persona que se pasa la conversación mirando a otros lados como si se aburriera o con la vista clavada en el suelo. Acuérdate de sonreír también de manera natural y notarás que la otra persona se siente más cómoda contigo.
  • Uso de Internet: Actualmente podemos conocer gente y comenzar relaciones escudados por la distancia que nos proporciona el ordenador, lo que reduce la ansiedad de esos primeros momentos. Esto es útil para las personas tímidas pero no deben permitir que los contactos de Internet sustituyan a los contactos reales, ya que no tienen la misma calidad y la gratificación obtenida a través de ellos es mucho menor. Intenta que algunos de tus contactos de Internet sean de tu zona y queda con ellos para convertir esos contactos en amistades reales.
  • Lleva a un amigo a las situaciones incómodas: Si no te ves capaz de iniciar las conversaciones por ti mismo, puedes llevar a alguien que vaya a llevar la conversación en los primeros momentos, hasta que te sientas lo bastante confiado como para intervenir. No es la solución ideal pero puedes utilizarla al principio, hasta que ganes algo de confianza.

Evaluación de la timidez infantil

Tanto los padres como los profesores pueden estar interesados en evaluar el grado de timidez de un niño con el fin de saber si es simplemente un rasgo de personalidad presente sólo en algunas ocasiones y que, por lo tanto, no está causándole problemas graves o si, por el contrario, está afectando gravemente a sus relaciones y su desarrollo personal.
La evaluación de la timidez en los niños presenta la dificultad de que, al ser la mayoría de los síntomas internos (pensamientos y emociones), no podemos detectarlos. La manera más simple de evaluar esos síntomas sería pedirle al niño que nos hablase de ellos pero, precisamente por ser tímidos, tienen dificultades para expresar sus emociones y, además, no son muy dados a conversar ya que se sienten inseguros acerca de lo que pensaremos de ellos.
Por estas razones, hay que buscar otras maneras de conseguir la información que necesitamos. Una de ellas es hablar con otros niños de su edad con los que tenga contacto (hermanos o compañeros), para que nos informen de las veces en las que el niño se siente incómodo y cómo reacciona.
También podemos observarle y llevar un registro de ciertas conductas que señalen su timidez: cuántas veces se le ve solo en el recreo o en el parque, cuántas veces da él algún paso para acercarse a los demás, si tartamudea, tiembla o enrojece al establecer contacto con otras personas, si su nerviosismo es mayor en presencia de niños de su edad o de adultos… Hay que intentar recoger la mayor cantidad de información posible y apuntar todos los detalles que podamos de sus reacciones, el ambiente en que se han dado…
Otra fuente de información es el propio niño. Como hemos dicho, es posible que no sea muy colaborador a la hora de dar información sobre sí mismo, así que hay que buscar otras maneras para que pueda facilitárnosla. Podemos pedirle que apunte las situaciones en las que se pone nervioso, solo o culpable, describiendo qué pasó, con quién estaba, que sintió… Si el niño no es capaz de describirlo, se le puede pedir que dibuje la situación y hable mientras tanto de ella o que la escenifique con muñecos. Al no estar tan pendiente de lo que dice y de nuestras reacciones, es posible que consiga abrirse y explicarse.
También podemos ayudarles con técnicas como dibujar un termómetro que vaya del cero al diez y en el que vaya señalando lo nervioso que se pone en las situaciones que le vayamos diciendo (tener que preguntar en clase, que se le acerquen otros niños, tener que leer en voz alta, acercarse a un grupo para jugar con ellos…)

 

CONSEJOS PARA AYUDAR A UN NIÑO TÍMIDO

Causas de la timidez Los investigadores han descubierto dos caminos claros hacia la timidez. El primero es biológico: aproximadamente uno de cada cinco niños parece haber nacido con una predisposición biológica a la timidez. Desde el momento en que son pequeños —y a veces antes— estos niños se sienten incómodos con gente y ambientes nuevos. Los niños tímidos tienden a ser comedores quisquillosos que evitan probar alimentos nuevos y que son reacios a aceptar desafíos nuevos. Estos niños tienden a mantener esta actitud durante al menos unos años. La mitad de los niños que muestran este patrón todavía son tímidos cuando tienen seis años; un cuarto todavía son tímidos en la adolescencia y es probable que sigan siendo algo tímidos toda su vida. Para ellos, parece ser una cuestión de temperamento o predisposición innata. El otro camino hacia la timidez es situacional. Para estos niños, la timidez es una reacción temporal al estrés. La enfermedad de un padre, una mudanza a una casa nueva o un cambio en su cuidado pueden disparar la timidez en un niño pequeño o en edad preescolar —aún en un niño mayor. La timidez generalmente desaparece tan pronto como la situación
subyacente finaliza o el niño se siente más cómodo. 
Cómo ayudar a un niño tímido. Los niños tímidos pueden beneficiarse de varios factores que lo ayudan a mejorar su confianza y sus destrezas sociales. Aquí tienes algunas sugerencias:
Recuerda que cuando tratas con un niño tímido debes alentarlo amablemente y en forma comprensiva, en lugar de obligarlo a hacer algo. Los niños tímidos se sienten abrumados emocionalmente con facilidad. Si exiges mucho demasiado pronto, probablemente tu hijo se sentirá más ansioso en vez de menos ansioso.
Trata de no decir cosas como "Sarah es tímida" cuando se comporte así —especialmente evítalo frente a Sarah, que puede llegar a creer que su conducta es un rasgo y no un estado temporario. Además, los niños pequeños y en edad preescolar pueden interpretar esa etiqueta como una excusa legítima para escabullirse de situaciones sociales incómodas. En cambio, di algo como "A Sarah le cuesta conocer gente nueva, pero está trabajando en eso".
No te burles de tu hijo por su timidez. Esto sólo lo avergonzará y empeorará el problema.
Ensaya situaciones sociales estresantes en casa. Para algunos niños en edad preescolar, la combinación de gente nueva, entorno nuevo y actividades nuevas es abrumadora. Por ejemplo, si tu hijo se siente incómodo cantando una canción con otros niños en el preescolar, ayúdalo a practicar cantando con él en casa. Esa práctica ayudará a que cantar en la escuela sea menos aterrador y más divertido.
Trata de no abrumar a tu hijo con demasiada compañía o estimulación. Con frecuencia los niños tímidos se sienten más cómodos jugando con un amigo por vez que con un grupo de amigos. No lo obligues a participar en actividades con grupos grandes. Se alentador, pero deja que tu hijo decida si se unirá y cuándo hacerlo.
Alienta a un niño tímido a jugar ocasionalmente con otro niño que sea un año o dos menor. Esto pondrá al niño tímido en una posición de liderazgo, algo que rara vez siente con sus pares. También puede darle más confianza cuando juega con los niños de su misma edad.


Haz que tu hijo sea más sociable

Como siempre que hablamos del aprendizaje de nuestros niños, debemos tener en cuenta la forma de aprender que tienen y la que les resulta más fácil.


Normalmente los niños muy pequeños aprenden imitando a sus mayores y desde luego, éstas serán las bases para que el niño siga fomentando estas habilidades cuando sea más mayor.
¿Qué hacer para ayudar a tu hijo a vencer su timidez?
Por esto es importante que el niño tenga en sus mayores un ejemplo de sociabilidad, al igual que lo son para otras muchas cosas.
Las casas en las que existen muchas discusiones, o en las que se pierde el respeto por los derechos del otro (cogiendo cosas prestadas sin permiso, fastidiando al otro adrede, etc) son casas aptas para que sus habitantes generen esas actitudes para con el resto.
Un niño pequeño en esta casa aprenderá a no respetar al otro y más tarde lo practicará en el colegio. Para él es normal porque es lo que ha vivido siempre y necesitará nuevas pautas de aprendizaje difíciles de aprender si en casa todo sigue igual.

Lo mismo sucederá en casas con pocas visitas o con padres poco comunicativos. A menudo podemos encontrarnos en una comunidad de vecinos o en un chalet en el que las posibilidades de charla con los demás son difíciles por las diferencias de edad de los miembros o por la lejanía con el vecino de al lado. Todos somos celosos de nuestra intimidad, pero si nuestro niño nos ve hablar con el vecino un rato o con el panadero del barrio, aprenderá a comportarse igual y estaremos formando las bases para que sea una persona sociable.

También es importante que en estas primeras edades detectes problemas de autoestima o de inseguridad. Los niños tímidos no confían en sí mismos y lo pasan mal, si lo detectas a tiempo puedes ayudarle a cambiar y a socializarse más. Prémiale las conductas de cercanía hacia otros niños y dale refuerzo en la distancia con la mirada o con los gestos para que se sienta más protegido. Poco a poco comprobará que todos sus miedos son infundados y que puede jugar como el resto. Si consideras que el problema se agranda busca ayuda profesional. En niños pequeños es relativamente fácil cambiar sus comportamientos con pautas sencillas para los padres.
Intenta ser sociable con tu entorno y tu hijo aprenderá de ti
También podemos encontrarnos a parejas muy diferentes entre sí. Puede ser que uno de los miembros sea el tímido y el otro el más sociable, no focalicéis la atención del niño y el cuidado en uno de los dos ya que no estará equilibrado. Si el niño pasa el mayor tiempo con el padre tímido o callado, procurad reforzar esto y cubridlo con tiempo que le dedique la otra persona. Un padre tímido generará un hijo tímido en muchos casos, por eso tendréis que repartiros el tiempo para que el niño pueda aprender de los dos.

El padre sociable reforzará la interacción con otras personas y el padre tímido se ocupará de otros aspectos. Procurad que vuestro hijo aprenda de cada uno lo mejor de vosotros mismos. Aunque no siempre lo conseguiréis el trabajo en equipo tendrá sus frutos. Dedicadle tiempo para explicarle las cosas y los comportamientos adecuados. Recriminándole no aprenderá nada nuevo en positivo y cuando le castigues por una actitud antisocial, explícale porqué y cual es el comportamiento bueno que esperas de él, así no estará perdido.
Cuando juega con otros niños...
También es importante enseñar a nuestros niños cual es la mejor manera de comportarse cuando está jugando en grupo. Cuando son pequeños están acostumbrados a ser el centro de atención y si el grupo no atiende a sus deseos es probable que se enfaden.

Como padres, tendremos que enseñarles a reflexionar y a valorar la situación. ¿Qué es más importante? ¿Jugar y divertirse o jugar a lo que yo quiero? Las dos cosas son importantes para él pero puede aprender a tener paciencia, a jugar con los demás y después jugar a lo suyo. Suelen aburrirse con facilidad y necesitan juegos nuevos, entonces será el momento para proponer el suyo.
Tiene que aprender a ser más flexible y a no imponer su criterio, si no, los demás se enfadarán con él y no querrán que participe en el juego. Será muy útil enseñarles con ejemplos cogidos de vuestra vida cotidiana, por ejemplo: “cuando no queríais ir con los amigos a algún sitio y luego cedisteis porque ellos fueron con vosotros otro día al sitio que queríais”.
Tienen que ser ejemplos que el niño tenga muy recientes y que los haya vivido en primera persona. Vuestro comportamiento debe ser bueno, no pongáis como ejemplo una ocasión en la que discutisteis mucho u os enfadasteis aunque después todo saliera bien, le estaríais dando una doble imagen que no os interesa.
Tenéis que enseñarle a solucionar sus problemas con otros niños, no vale el “no le hagas caso”, “pasa de él”, porque es una forma de tranquilizarle en un primer momento, pero no estará aprendiendo estrategias para enfrentarse a las personas conflictivas en un futuro. Enséñale a que defienda sus ideas y a que no se deje achantar por el líder. Tienen que aprender a escuchar y a pedir perdón cuando proceda. Cuando son pequeños saben sacar la rabia y el disgusto pero no saben que hacer y si sus mayores no están ahí para darles soluciones, se sentirán perdidos e indefensos y aprenderán a adaptarse a la situación de manera pasiva. A la larga tendréis un niño con problemas de inseguridad que no sabrá expresar sus sentimientos.

Algunos consejos
Sin salir fuera de casa puedes hacer que tu hijo aprenda socialización:
Déjale que marche a casa del vecino a jugar, también puedes organizar reuniones con otros niños en casa para que realicen juegos comunitarios en los que el compañerismo y el apoyo mutuo les lleven a ganar, todas son buenas maneras de aprender.

En la escuela a menudo organizan actividades de ocio y extraescolares que ayudan a los niños a conocerse mejor y a hacer nuevas amistades. Los grupos de boys-scout también nos servirán, talleres de dibujo o plastelina, todo lo que sea interacción con los demás les vendrá bien. El objetivo es no tener a un niño encerrado en casa con su cuidadora todo el día, necesita refuerzo por muchas vías (padres, familia, amigos, cole, etc)

En invierno resulta más difícil salir de casa y tenerlos más entretenidos por lo que es importante que organicéis actividades y planes para el fin de semana. Podéis quedar con amigos que tengan niños de su edad para que jueguen en el centro comercial o en el parque infantil y organizar las vacaciones navideñas o las de verano con parejas como vosotros, los niños se entretendrán y vosotros también.

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